lunes, 11 de julio de 2011

FACUNDO CABRAL EL HUMORISTA QUE NUNCA LO FUE.

Este fin de semana el mundo de las artes está de luto, ha fallecido asesinado el cantautor, poeta y novelista Facundo Cabral, de 74 años. Nos hacemos eco de la noticia de la mano del humorista costarricense Oscar Sierra "OKI", quien tuvo la suerte de conocerle brevemente. Sirva su testimonio como homenaje de todos los que hoy lloramos tan irreparable pérdida:

Esta mañana muy temprano me llamó por teléfono una amiga para darme una horrible noticia que casi me hace ir de espaldas y me produjo un nudo en la garganta: el cantante y compositor Facundo Cabral había sido asesinado anoche por unos sicarios, luego de dar un concierto en Guatemala. No podía creer lo que oía de boca de mi amiga. ¡El gran Facundo Cabral vilmente asesinado por un grupo de sicarios! 

  Facundo: un juglar del siglo XX y XXI que le cantaba a la vida, la esperanza y el amor entre los seres humanos. ¿Por eso asesinan a este gran ser humano? ¡Que bajo hemos caído! Es esto un mal, un pésimo signo de los rumbos que está tomando este mundo cada vez mas en manos de las mafias que lo gobiernan tanto desde los altos como de los bajos niveles. Una vuelta a la Edad Media, con "grandes señores" de un nuevo Santo Oficio que mandan a asesinar a las personas que, por su arte o por su lúcida influencia entre las masas, tratan de llevar una luz a la conciencia del ser humano promedio sometido, embrutecido y domesticado por el asfixiante sistema que nos han impuesto de la cúpula de la pirámide del gran poder. Un sistema plagado de injusticias y desigualdades sociales que sirve de caldo de cultivo a toda esta ralea de seres despiadados para los que la vida humana vale menos que un comino. Asesinan impunemente a Facundo Cabral como impunemente asesinaron a Monseñor Oscar Arnulfo Romero, a los padres jesuitas y a las monjas norteamericanas en El Salvador (en los años 80); como asesinaron al gran Chico Méndez (por defender las selvas amazónicas de la tala descontrolada) y, en fin, como asesinaron a Olaf Palme, a Gandhi, al Dr. Luther King y a todos los que claman por un mundo mas justo y humanizado. Estamos seguros que, como el caso de los otros grandes personajes citados, los asesinos de Cabral nunca serán apresados ni juzgados, como si se hizo ¡y con mucha celeridad! con el que asesinó al sangriento dictador Anastasio Somoza, el cual fue buscado por cielo y tierra durante años, hasta que fue apresado y "ajusticiado" por la ralea que gobierna a este mundo.

 Habia tenido el honor de conocer personalmente a Facundo Cabral en Bogotá en mayo de 1991, cuando yo hacia caricaturas para el público en el Pabellón de los Caricaturistas de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, al lado de Roberto Fontanarrosa (q.e.p.d), Crist, el maestro Arlés Herrera "Calarcá" y otros colegas. Tuve la suerte de que Facundo se sentara frente a mi para que lo dibujara y se puso a conversar conmigo. Cuando le dije que procedia de Costa Rica, me habló de su gran amor por este pais por cuanto aqui (en el hotel Costa Rica) habia conocido a la fue su esposa y que luego perdiera -con su hijita de 5 años-- en un accidente de aviación en EE.UU. 

También me dijo el gran Cabral que desde niño había soñado con ser caricaturista (por eso habia llegado hasta ahi a compartir con nosotros, invitado por su amigo Roberto Fonatanrrosa) pero que "lamentablemente nunca tuvo talento para ese arte y por eso se dedicó al canto". Mirándolo a los ojos mientras lo dibujaba, le dije: "Y por lo visto como cantante te ha ido muy mal, ¿no Facundo? Se echó a reir de buena gana, y al darle yo mi caricatura le dije que me la "pagara" con otra que el me hiciera. Advirtiéndome que "no era bueno dibujando" me hizo un autorretrato de él y me la autografió y dedicó. Dibujo que les comparto con esta, junto con la fotografia de ese feliz encuentro con Cabral, Fontanarrosa, Crist etc.  


  Que en paz descanses gran Facundo (tu que a fin de cuentas no eras de aquí ni eras de allá), ahora que imprevistamente seres viles y tenebrosos te han arrancado de entre nosotros, dejándonos huérfanos de tu canto de esperanza, en un mundo que, de seguir como sigue, pareciera estar destinado a quedar habitado solo por las ratas, las sanguijuelas, los escorpiones y las víboras que lo administran y gobiernan.

Oscar Sierra Quintero 

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