En la primera parte de este escrito, habíamos comentado que en el proceso del humor se pueden diferenciar cuatro elementos esenciales: contexto social, proceso cognitivo-perceptivo, aspecto emocional, y expresión del comportamiento vocal de la risa.
En el apartado anterior abordamos el elemento del contexto social y comenzamos el proceso cognitivo, pero hay que tener presente que la respuesta no es sólo intelectual, sino que tiene un componente emocional placentero, entramos por tanto en ese componente emocional que enumerábamos al inicio de la anterior aportación.
Ese componente placentero queda demostrado en un reciente estudio con imágenes cerebrales, el cual prueba que la exposición a viñetas de humor gráfico activa la conocida como red de recompensa del sistema límbico cerebral (Mobss 2003), que es el mismo sistema, dicho sea de paso, que soporta otros estados emocionales placenteros de los que disfrutamos cada día (comer, beber, escuchar música, hacer el amor…).
Pese a lo familiar de la emoción placentera del humor todavía no hay un término técnico aceptado por todos los estudiosos para describirla, si bien se puede llegar a describir con términos como diversión, gracia o hilaridad.
En todo caso, sí podemos asegurar que es un sentimiento único de bienestar, lo que en parte se debe a su conexión con la risa, ya que los investigadores se han centrado más en la risa, como expresión, que en la emoción que la soporta. Una situación que también puede explicar el no tener un término técnico para esta emoción es que precisamente el aspecto emocional del humor no ha sido reconocido por los investigadores hasta hace poco, viéndolo más como un proceso cognitivo que emocional.
La emoción positiva que acompaña al humor tiene un componente expresivo que llamamos risa y sonrisa. Son una manera de transmitir públicamente que estamos experimentando la emoción placentera del humor. Lo cual apoya el que el humor es un comportamiento social. Últimamente algunos investigadores, como Owren y Bachorowski han sugerido que la risa tiene la función de inducir ese estado emocional en los demás. Esto explicaría por que la risa es contagiosa, y tendiendo de esta forma a la unificación del estado emocional de los integrantes de un grupo.
El sentido del humor es un sistema psicosomático (proceso en el que están implicados psique y cuerpo) que al activarse nos hace sentir esa emoción positiva placentera, a la que nos hemos estado refiriendo, acompañada de la risa. Por tanto, como cualquiera de los otros sentidos, está diseñado para detectar ciertos estímulos.
Una vez que hemos definido lo que es el humor, y diferenciado de otros términos con los que lo encontramos asociado, compararemos brevemente lo dicho hasta ahora con las definiciones que de humor aparecen en los diccionarios. Así la Real Academia de la Lengua, lo define con las siguientes acepciones: “m. Genio, índole, condición, especialmente cuando se manifiesta exteriormente // m. Jovialidad, agudeza. Hombre de humor. // m. Disposición en que alguien se halla para hacer algo. // m. Buena disposición para hacer algo. ¡Qué humor tiene! // m. Antiguamente, cada uno de los líquidos de un organismo vivo. // m. Psicol. Estado afectivo que se mantiene por algún tiempo.”
Por su parte en el María Moliner, encontramos las siguientes acepciones: “Estado de ánimo de una persona, habitual o circunstancial, que le predispone a estar contenta y mostrarse amable, o por el contrario, a estar insatisfecha y mostrarse poco amable. // Sinónimo de "buen humor" o buen talante [primera posibilidad en la definición anterior]. // (Con referencia a las personas y a lo que dicen, escriben, dibujan, etc.), Cualidad consistente en descubrir o mostrar lo que hay de cómico o ridículo en las cosas o en las personas, con o sin malevolencia.”
Así dejamos expuesto el tema para en la tercera, y última parte del artículo valoraremos las definiciones que hoy hemos plasmado aquí tanto del diccionario de la RAE como del Maria Moliner.
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